La crema ideal no depende sólo del tipo de piel, sino también del momento del día y del año
No podríamos vivir sin ella: la piel conforma la barrera exterior del cuerpo y funciona como escudo protector contra bacterias y virus. Sin embargo, la piel sólo puede cumplir con su función de barrera protectora si está sana. A la hora de cuidarla, muchos apuestan a las cremas. Pero ¿cuál es la mejor para cada tipo de piel? Hay que?prestar atención para no cometer errores a la hora de elegir la propia. De acuerdo con las cosmiatras, es esencial darle humedad a la piel y protegerla de los radicales libres.
El tipo de piel
La elección de los agentes activos depende de cada tipo de piel. Las pieles secas, por ejemplo, demandan cuidados distintos que las pieles sensibles. La mayoría de las personas tiene piel mixta: es decir que la piel de la llamada zona T (la frente, la nariz y el mentón) es grasa, mientras que la de las mejillas es más seca. En estos casos, se recomiendan las cremas que equilibren estos distintos tipos de piel.
Sin embargo, cada vez más personas presentan pieles secas y sensibles a las que les faltan la humedad y la grasa natural. Lo ideal es que los productos estén fabricados en base a compuestos que combinen grasa y agua. Estas cremas forman una delgada película grasa sobre el cutis evitando que éste pierda su humedad natural. La grasa también? evita que la piel se reseque. Lo ideal son las cremas con grasas y óleos naturales, como el aceite de almendras o la manteca de karité, dado que la estructura de sus ácidos grasos es similar a la de los de la piel.
El momento del día y del año
De día es aconsejable usar una crema ligera con una protección solar moderada que brinde mucha humedad. La crema de noche puede ser más nutritiva, ya que es en ese momento que funcionan a todo motor los procesos de regeneración de la piel. Por la noche la piel puede asimilar mejor agentes activos como los lípidos valiosos, porque no sufre el estrés de los factores medioambientales.
Qué tipo de crema utilizar depende del momento del año. Al igual que con la ropa, con las cremas también rige la máxima de usar las más livianas cuando hace calor y las más pesadas cuando hace frío. En verano se puede elegir un producto con aloe vera y vitamina E o C, así como protección solar. En el invierno, el frío se convierte en una mayor exigencia y la piel se vuelve más sensible debido a que las bajas temperaturas desequilibran la capa de hidrolípidos. La piel produce menos grasa y tiene más dificultades para retener la humedad. Por eso, es importante brindarle grasa para que se mantenga tersa.
La aplicación diaria
La crema debe aplicarse todos los días, por la mañana y por la noche, después de limpiar el cutis. En verano, hay que volver a aplicar crema tras un baño de mar o tomar sol. También se recomienda una máscara que brinde humedad dos veces por semana. Sin embargo, atención: limpiar la piel de más puede tapar las glándulas.?