Cómo aplicar el rubor para lograr un efecto lifting, después de los 50 años

Aprende cómo aplicar el rubor de manera estratégica y descubre los tonos, técnicas y texturas que rejuvenecerán tu rostro y resaltarán tu belleza natural

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Aplica el rubor en la parte alta de los pómulos para un efecto lifting instantáneo.

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El maquillaje es una herramienta poderosa que puede transformar y resaltar nuestra belleza natural, especialmente después de los 50 años, cuando buscamos técnicas que aporten frescura y vitalidad al rostro. Uno de los productos clave para lograr este efecto es el rubor, ya que no solo añade color, sino que también puede ser utilizado estratégicamente para conseguir un efecto lifting.

A continuación, te explicamos cómo aplicar el rubor correctamente para rejuvenecer tu rostro y resaltar tus mejores facciones.

1. Escoge el tono adecuado. El primer paso para lograr un look natural y juvenil es elegir el tono de rubor que complemente tu piel. Para pieles claras, los tonos rosados suaves o durazno funcionan de maravilla, mientras que para pieles medias o morenas, los tonos coral o terracota son ideales. Los tonos demasiado oscuros o brillantes pueden endurecer las facciones, así que opta por colores que aporten un rubor natural.

Como aplicar el rubor en una piel madura para iluminar y rejuvenecer

Usa una brocha suave y realiza movimientos ascendentes para difuminar el rubor de manera natural.

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2. Cambia la técnica tradicional. Muchas personas aplican el rubor en las manzanas de las mejillas, pero para un efecto lifting, esta técnica debe modificarse. En lugar de enfocarte únicamente en las mejillas, aplica el rubor ligeramente más arriba, en la parte alta de los pómulos, y extiéndelo hacia las sienes en forma diagonal. Este truco crea una ilusión óptica que eleva el rostro y estiliza las facciones.

3. Difumina correctamente. La clave para un acabado impecable es difuminar el rubor de manera uniforme. Usa una brocha de cerdas suaves y realiza movimientos ascendentes, evitando líneas marcadas. Esto no solo dará un aspecto más natural, sino que también potenciará el efecto lifting. Recuerda que menos es más: siempre puedes añadir más producto, pero eliminar el exceso puede ser complicado.

4. Considera la textura del rubor. Elige un rubor con la textura adecuada para tu tipo de piel. Los rubores en polvo son ideales para pieles mixtas o grasas, ya que ayudan a controlar el brillo, mientras que los rubores en crema son perfectos para pieles secas, ya que aportan un acabado luminoso y saludable. Un toque de iluminador en la parte alta del pómulo puede complementar el efecto lifting, siempre que se use con moderación.

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Combina rubor en crema con un toque de iluminador para lograr un look fresco y juvenil.

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5. El resto del maquillaje también importa. Para que el rubor cumpla su función, es importante que el resto del maquillaje esté equilibrado. Mantén la base ligera y asegúrate de que esté bien hidratada para evitar que se marquen líneas de expresión. Complementa el look con cejas definidas, pestañas bien rizadas y labios en tonos suaves para un resultado armónico y rejuvenecedor.

Aplicar el rubor correctamente puede ser el detalle que haga la diferencia en tu rutina de maquillaje. Con esta técnica de efecto lifting, no solo realzarás tus pómulos, sino que también te sentirás más segura y radiante. Recuerda que el maquillaje es una herramienta para expresar tu personalidad y resaltar lo mejor de ti, ¡así que diviértete experimentando!

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