Los labios son una de las características más destacadas de nuestro rostro y pueden influir significativamente en nuestra apariencia, para bien o para mal. La prueba está a la vista en el rostro de las celebridades, como Zooey Deschanel, Chrissy Teigen, Meg Ryan o Madonna. Incluso hay quienes han hecho de sus labios casos de éxito, como Kylie Jenner y Bella Hadid, pero no todas han logrado un resultado seductor.
Por eso, y para saber todos los pros y contras de este procedimiento, platicamos con la doctora Flaminia Villagrán, apasionada de la Medicina Estética, Antienvejecimiento y Plástica Mínimamente Invasiva.
Ella nos contó sobre el éxito de los rellenos labiales. Los lip fillers son un procedimiento médico que no requiere hospiralización y tienen “un efecto inmediato, pues estimula la producción de colágeno lo que aumenta la hidratacion de los labios, favorece la armonía del rostro, y nos ayuda a mostrar labios sin arrugas”, explica la médica cirujana guatemalteca.
Las inyecciones en labios son una corriente internacional, junto con la toxina botulínica, los rellenos faciales son LA tendencia este 2024. “El atractivo de estos tratamientos radica en su capacidad de proporcionar resultados inmediatos con un tiempo de recuperación mínimo, lo que los convierte en una opción cada vez más atractiva para los pacientes que buscan mejoras estéticas sin el período de recuperación asociado con los procedimientos quirúrgicos”, la International Association for Physicians in Aesthetic Medicine.
Misión: boca voluminosa
Este procedimiento funciona para “quienes desde siempre han tenido falta de volumen o quienes han perdido volumen en labios y las zonas alrededor de la boca, los rellenos con ácido hialurónico pueden ser una buena solución para obtener ese volumen. También quienes no tienen simetría por cualquier razón”, explica la experta.
Este procedimiento no solo busca embellecer los labios, sino también hidratarlos y corregir imperfecciones. Hay dos tipos de tratamiento que se pueden pedir por separado o en conjunto. El primero es el relleno de labios donde, mediante pequeñas inyecciones, se aumenta el volumen. El segundo es el perfilado de labios, con este tratamiento, se define el borde, se corrige cualquier asimetría y se reduce la apariencia de las líneas de expresión alrededor de la boca (código de barras).
Desventajas de los fillers
Como con cualquier procedimiento estético, el uso de fillers de ácido hialurónico conlleva ciertos riesgos y posibles efectos secundarios. “Algunos pacientes pueden experimentar hinchazón, moretones, enrojecimiento o sensibilidad en la zona tratada, aunque estos efectos secundarios suelen ser temporales y desaparecer rápidamente. También existe el riesgo de una reacción alérgica al ácido hialurónico, aunque eso es raro”, comenta Villagrán.
Otras consecuencias negativas podrían ser: asimetría, cuando la inyección no se realiza de manera equilibrada; infección, por una falla de higiene, o granulomas, que son bultos o nódulos en la piel como reacción al filler.
La buena noticia es que “todo procedimiento que se aplique con ácido hialuronico es completamente reversible, aplicamos un medicamento que diluye el ácido, es importante mencionar que lo hacemos de manera gradual para conseguir el resultado que el paciente espera”, aclara la especialista.
¿Boca de pato? El efecto duckface es consecuencia de un exceso de relleno o el desplazamiento del filler. Por eso, siempre es recomendable estar en manos expertas. Hasta las más grandes estrellas de Hollywood han destrozado su cara y su carrera por culpa de malos doctores.
La doctora Flaminia nos cuenta: “Hay diferentes tipos de rellenos labiales. Los realces de labios se dividen básicamente en dos tipos: implantes quirúrgicos e inyecciones de labios no quirúrgicas. Los primeros son los llamados permanentes, contra los que hoy día advierten los profesionales de la salud, ya que son casi imposibles de eliminar. Yo recomiendo el relleno con ácido pues como lo dije anteriormente es reversible, y podemos manejar las densidades que el paciente guste o requiere”.
