Cuando se trata de renovar el color del cabello sin caer en cambios drásticos, hay dos técnicas que lideran las tendencias desde hace varias temporadas: el balayage y las babylights. Ambas prometen un efecto natural, luminoso y favorecedor, pero cada una tiene sus particularidades que debes conocer para saber cuál te conviene más según tu tipo de cabello, tu rutina y el tiempo que realmente tienes para cuidarlo.
Si estás pensando en hacerte un cambio para esta temporada primavera-verano 2025, aquí te contamos todo lo que necesitas saber para elegir con seguridad y lograr ese efecto “melena de ensueño” que tanto se busca.
¿Qué es el balayage?
El balayage es una técnica francesa de coloración que consiste en aplicar el tinte de forma degradada, desde medios a puntas, con trazos a mano alzada. El objetivo es imitar los reflejos naturales que el sol deja en el cabello, sin líneas marcadas ni necesidad de retocar constantemente la raíz.
Ideal para:
- Cabello castaño o rubio natural.
- Melenas largas o medias que buscan más movimiento y dimensión.
- Mujeres con poco tiempo para retoques frecuentes.
Tiempo de mantenimiento: Cada 3 o 4 meses. Perfecto si no quieres visitar el salón muy seguido.
¿Qué son las babylights?
Las babylights son mechas ultra finas y sutiles, aplicadas desde la raíz hasta las puntas, que aportan luminosidad en todo el cabello. Se inspiran en el color natural que tienen los niños pequeños, de ahí su nombre. Esta técnica da un acabado delicado, casi imperceptible, pero muy elegante.
Ideal para:
- Cabello fino que necesita volumen visual.
- Personas que desean un look más parejo y uniforme.
- Mujeres que pueden dedicar más tiempo al cuidado y retoque.
Tiempo de mantenimiento: Cada 6 a 8 semanas, ya que al aplicarse desde la raíz, el crecimiento se nota antes.
¿Qué mechas elegir según tu rutina?
Aunque ambas técnicas —balayage y babylights— ofrecen resultados hermosos y naturales, la elección ideal dependerá de cuánto tiempo puedes o quieres invertir en el cuidado de tu melena. También influye si prefieres una imagen más relajada o pulida, y el estilo de vida que llevas.
Si tienes una agenda apretada y buscas practicidad: el balayage es tu mejor opción. Al aplicarse de medios a puntas, permite un crecimiento mucho más discreto, por lo que no es necesario retocar el color con frecuencia. Es perfecto si prefieres visitar el salón cada tres o cuatro meses y no te molesta que el tono evolucione ligeramente con el paso del tiempo. Además, tiene un aire desenfadado, moderno y juvenil que combina muy bien con looks casuales, playeros o boho.
Si prefieres un look siempre impecable y estás dispuesta a mantenerlo: las babylights requieren un poco más de compromiso. Al trabajarse desde la raíz, el crecimiento se nota más rápido y suele necesitar retoques cada 6 a 8 semanas. Sin embargo, el resultado es impecable: un acabado luminoso, elegante y perfectamente integrado, ideal si te gustan los estilos más clásicos o profesionales. Son especialmente recomendables si llevas el cabello lacio o corto, ya que se integran de forma uniforme y ayudan a dar cuerpo y volumen visual.
En resumen, no se trata solo de qué técnica es más bonita, sino de cuál se adapta mejor a tu ritmo de vida y estilo personal. El objetivo siempre debe ser sentirte cómoda, segura y fiel a tu esencia.