El corrector de ojeras es uno de los básicos de cualquier beauty lover, pues no sólo sirve para disimular las ojeras, también es ideal para hacer contouring, tapar granitos, entre otros. De ahí la importancia de aprender a elegir el tono ideal para tu piel.
Antes de elegir un corrector, es esencial conocer el subtono de tu piel. Los subtonos se dividen en tres categorías: cálidos (amarillos o dorados), fríos (rosados o azulados), y neutros (una combinación de ambos).
Identificar tu subtono te ayudará a elegir el corrector que mejor se adapte a tu piel. Una manera simple de determinar tu subtono es observar las venas en tu muñeca: si son de color verde, tu subtono es cálido; si son azules o moradas, es frío; y si es una mezcla de ambos, tienes un subtono neutro.
Cómo elegir el tono correcto de corrector de ojeras
Para las personas con piel clara, las ojeras suelen tener un tono azulado o morado. En este caso, los correctores con subtonos rosados o melocotón son ideales para neutralizar el color oscuro bajo los ojos.
Según los expertos, las personas con piel de tono medio, a menudo presentan ojeras de un color marrón claro o grisáceo. Los correctores con tonos salmón o melocotón funcionan mejor en estos casos, ya que ayudan a contrarrestar las sombras marrones y grises.
Finalmente, aquellos con piel morena suelen tener ojeras que tiran hacia el marrón oscuro o incluso tonos más profundos de azul. En este caso, los correctores con subtonos anaranjados o rojizos son los más eficaces para neutralizar las ojeras.
Toma en cuenta que además de elegir el tono correcto, la aplicación es clave para lograr un acabado impecable. Usa una brocha de maquillaje o la yema de tus dedos para aplicar el corrector en forma de triángulo invertido bajo los ojos. Difumina suavemente hacia el exterior para lograr una cobertura uniforme. Para un acabado más natural, sella el corrector con un polvo traslúcido ligero.
