Una mezcla de flores secas, pétalos, hojas perfumadas, cáscaras de frutas y más es lo que conquista el olfato
Las flores, el mar, los árboles... son aromas de la naturaleza que nos han acompañado siempre y que seguirán siendo ingredientes esenciales en la creación de un perfume. Y aunque la forma de elaborarlos se ha modernizado, aún conserva las reglas básicas de cuando se hacían hace muchos siglos... Hemos ido heredando, de generación en generación, el arte con que cada firma cosmética o diseñador crean sus aromas; pero en la elaboración de una fragancia hoy existe un elemento muy importante: los frascos. Algunos tienen aire vintage, otros son muy modernos, pero casi todos parecen obras de arte.
Los amamos y en ocasiones no sabemos por cuál decidirnos, por lo que optamos por coleccionarlos. Hay quienes se dejan llevar por su gusto olfativo y se inclinan por un aroma cítrico, floral o amaderado. Existen diferentes tipos de perfumes según su intensidad aromática. El extracto es el más concentrado, por lo que emana del cuerpo por más tiempo. Los otros son el eau de perfume, eau de toilette, eau de cologne y el splash. Y todos son muy deseados por hombres y mujeres.
