Botox, Dysport, Azzalure o Xoemin son algunos de los nombres comerciales populares para la toxina botulínica, uno de los inyectables más populares en la medicina cosmética, y aunque es reconocido por su acción puntual para relajar las facciones, este tratamiento tiene otros sorprendentes usos alternativos.
Para entender cómo funciona la toxina botulínica, conversamos con el doctor José Romeo Castillo, quien nos cuenta: “La toxina botulínica es una sustancia que nos va a ayudar a relajar y descansar el rostro, ayuda para que todas las arruguitas se vean mucho más finas o prácticamente desaparezcan mediante la relajación muscular”.
Toma en cuenta que lo que no hace la toxina botulínica es reposicionar las facciones de la cara, eliminar algunos surcos profundos o rellenar volumen.
Pero, a su favor, la toxina botulínica se ha encontrado útil en el tratamiento de una variedad de condiciones médicas que no tienen que ver con las arrugas ni los signos de envejecimiento. Algunos de los beneficios alternativos incluyen:
1) Migrañas
La toxina botulínica se utiliza para prevenir las migrañas crónicas al relajar los músculos de la cabeza y el cuello. Lo que vamos a hacer es relajar toda la musculatura que pudiera generar compresión a nivel del cráneo y a nivel de la columna cervical, que es cuando uno se tensa y se siente muy pesado. Al aplicar toxina botulínica no importa qué tan estresado estés, no te vas a poder tensar a ese grado y, por lo tanto, la migraña va a disminuir de forma importante”, explica.
2) Bruxismo
Este tratamiento cosmético es efectivo para tratar trastornos de la articulación temporomandibular (ATM). El doctor José Romeo Castillo cuenta que “se usa la toxina botulínica en medicina estética para tratar a los pacientes que chillan mucho los dientes durante la noche o amanecen con la mordida muy cansada. A eso se le conoce como bruxismo. Lo que hacemos es relajar la musculatura de los maceteros, que son los músculos de la masticación y así quitarles fuerza para relajar toda la mandíbula y no exista esa fricción entre diente y diente”.
3) Trastornos del movimiento
También se ha demostrado que la toxina botulínica es efectiva en el tratamiento de trastornos del movimiento, como la blefaroespasmo (espasmo de los párpados) y la distonía focal. Aunque, el doctor Romeo advierte: “Nosotros podamos utilizar microdosis bajo ciertas indicaciones médicas. Por eso, siempre es importante que un profesional de la salud analice el caso y sepa cuando sí y cuando no utilizar toxina botulínica”.
4) Hiperhidrosis
“La toxina botulínica es útil en casos de sudoración excesiva”, afirma el experto y explica, “Se puede inyectar en las axilas, las palmas de las manos, las plantas de los pies o en cualquier zona donde exista sudoración. Sirve para bloquear las células que producen el sudor y de esta manera evitar el mal olor. Así, el paciente se sentirá mucho más seguro”.
5) Tratar cicatrices
¿Tus cicatrices se hicieron gorditas? La toxina botulínica puede ser la solución. “Hemos visto buenos resultados en casos de cicatrices hipertróficas, porque cuando inyectas la toxina y relajas las dos uniones de la herida, los bordes dejan de producir ese efecto gordito. Hemos visto muy buenos resultados, porque se relaja todo a su alrededor”.
Es importante tener en cuenta que el uso de la toxina botulínica para estos fines alternativos debe ser realizado por un médico calificado y autorizado, ya que su aplicación y dosificación correctas son fundamentales para obtener resultados seguros y efectivos.