El corrector de ojos suele ser un gran aliado de belleza a la hora de disimular las ojeras o esos brotes en el rostro que surgen en los momentos menos esperados, sin embargo, este producto tiene más funciones que probablemente no conocías y a continuación te vamos a explicar 3 maneras diferentes de usarlo.
Base de sombras para un color Intenso y duradero
¿Sabías que el corrector puede funcionar como una excelente base para tus sombras de ojos? Aplicar una fina capa de corrector en tus párpados antes de aplicar la sombra no solo ayuda a igualar el tono de la piel, sino que también actúa como un “pegamento” que intensifica el color de las sombras y prolonga su duración. Esta técnica es especialmente útil para lograr looks más vibrantes y evitar que las sombras se desplacen o se agrieten durante tu jornada, además es perfecto para un makeup de noche.
Resaltar y definir las cejas
El corrector puede ser tu mejor aliado para unas cejas perfectamente definidas. Después de rellenar y dar forma a tus cejas, aplica una pequeña cantidad de corrector justo debajo del arco y encima del hueso de la ceja. Difumina bien para suavizar los bordes. Este truco no solo resalta la forma de tus cejas, sino que también les da un acabado limpio y pulido, como recién depiladas.
Iluminar zonas clave
El corrector no solo sirve para disimular; también puede usarse para iluminar zonas estratégicas del rostro. Aplicar el corrector en el centro de la frente, en el puente de la nariz, en la barbilla y en el arco de cupido (justo encima del labio superior) puede darle a tu rostro un toque de luminosidad que lo hace ver más fresco y esculpido. Esta técnica, conocida como “highlighting”, es ideal para aquellos días en los que necesitas un extra de brillo y definición sin recurrir a productos adicionales.
¿Cómo elegir el corrector de ojos ideal?
Si tu principal preocupación son las ojeras oscuras, busca un corrector con subtonos anaranjados o melocotón. Estos neutralizan las áreas oscuras y proporcionan una cobertura uniforme.
Para iluminar la zona debajo de los ojos, selecciona un corrector que sea uno o dos tonos más claro que tu tono de piel.
Ahora, si lo que buscas es cubrir granitos o manchas, elige un corrector que coincida con el tono exacto de tu piel o de tu base de maquillaje.