De nada sirve quedarse en casa a llorar a la persona que se fue o comenzar a hacer reproches, lo mejor es...
Quien pierde la pareja sabe que el amor y el dolor muchas veces van de la mano. La pareja ha sido una parte muy importante de la vida y de pronto no está. El dolor suele ser mayor cuando la pareja llevaba muchos años o la relación fue particularmente intensa, pero encerrarse como Bridget Jones con una tableta gigante de chocolate no hace que la situación mejore. Sólo una cosa ayuda: mezclarse entre la gente y hacer la mayor cantidad de actividades posible para tener una sensación de vida más intensa.
Quien se acaba de separar se hace con frecuencia innumerables reproches. “La persona suele sentirse como una casa a la que le han quitado las columnas, pareciera que el techo en cualquier momento se viene abajo”, comenta un especialista. En esa situación de poco sirve cavilar sobre los motivos de la separación. El contexto y las razones pueden ser evaluadas, pero primero es necesario descargar mucha energía, deshacerse de las tensiones y pensar lo máximo posible en otros asuntos.
Un estudio reciente llega a la conclusión de que sí puede ser muy útil hablar para digerir mejor la partida. Según la psicóloga Grace Larson, de la Northwestern University de Estados Unidos, quien puede trabajar su separación desde lo verbal se siente menos solo y no sufre tanto de estallidos emocionales.
Por lo general, los especialistas no recomiendan aplicar el “seamos buenos amigos” tras una separación, ya que muchos esperan que la amistad les permita recuperar la pareja cuando en realidad es prácticamente imposible pasar sin transición de una relación amorosa a una relación de amistad. “Sería más bien como estar escarbando todo el tiempo en una herida”, comenta una psicóloga.
La situación es algo más compleja si hay hijos de por medio, pero también en esos casos se recomienda pasar cierto tiempo sin contacto hasta que todo se serene.
No existen recetas y cada uno debe encontrar sus propias herramientas para sanar el mal de amores. No obstante, a veces los siguientes consejos ayudan:
1. Deportes: la separación puede ser el tiro de largada para poner en práctica viejos proyectos como apuntarse en un gimnasio, salir a caminar o andar en bicicleta. Hacer deportes permite descargar muchas tensiones.
2. Cortarse el cabello: puede parecer un cliché, pero tiene efecto. A tus amigos y conocidos les llamará la atención el cambio y cosecharás elogios. Eso es bueno para tu autoestima.
3. Deshacerse de cosas: es bueno deshacerse de todos los objetos que te recuerden a tu ex pareja. Si no los quieres tirar, puedes colocarlos en cajas y mandarlos al sótano. Ayuda a que no haya objetos que te recuerden todo el tiempo la ausencia del otro. También es bueno hacer cambios en la casa: comprar cortinas nuevas, pintar las paredes o decorar los ambientes con otros colores.
4. Música: escucha música que te haga saltar de la silla. Evita las canciones melancólicas o que te recuerden experiencias comunes. Cada uno deberá evaluar si le hacen mejor los textos enfurecidos o los que simplemente son una oda al buen humor.
5. Recurrir a los amigos: pídales a tus amigos que te mencionen cuatro razones por las que te consideran una buena persona. En un primer momento puede sonar embarazoso, pero realmente ayuda.
6. Evitar el contacto: reduce al mínimo posible el contacto con tu ex, aunque resulte difícil. La comunicación enciende otra vez el mal de amores - y esto también vale para las redes sociales y los perfiles de Facebook.
7. Actívate: no importa si es cortando madera, dando vueltas en coche o trabajando en el jardín. Hacer actividades al aire libre ayuda mucho a despejarse.
8. Nuevas relaciones: puedes hacer bien tener contactos, pero no intentes empezar de inmediato una nueva relación. Muchos hombres cometen este error, pero las nuevas relaciones no suelen ser duraderas, sino servir como distracción momentánea.
9. Hazte bien: ve al sauna, busca un buen masaje, visita a la cosmetóloga o busca un nuevo vestuario, cambia de look.
10. Aprendizaje: las separaciones también pueden ser una lección. En muchos casos es bueno reflexionar sobre los motivos para no cometer en el futuro los mismos errores. Quizás luego incluso pienses: “La próxima relación seguro será mejor”.