Uno de los papeles más emblemáticos de ?Star Wars? se convirtió en ejemplo para muchas mujeres de las décadas de los 70 y 80
1977 fue el año en el que Carrie Fisher saltó a la fama. A pesar de ser hija de dos reconocidas estrellas, Eddie Fisher y de la actriz Debbie Reynolds, Carrie tuvo que luchar para ganarse un lugar en el mundo de la actuación.
Su papel como la princesa Leia en la saga de Star Wars la impulsó a la fama y al éxito. Su personaje se convirtió en el más polémico de la época debido a sus ?atrevidos? vestuarios, aunque, trascendió en toda una generación de mujeres.
?Trascendió cualquier arquetipo: era una princesa, pero no una damisela en apuros; era una guerrera, pero no se guiaba solo por la espada o la pistola láser; era una hermana, y al final seguramente una esposa y madre, pero nunca deja de ser una rebelde, ejemplificando así las cualidades tradicionales y feministas del héroe?, explicó a Harpers Baazar Diana Domínguez, profesora de Literatura y Estudios Culturares de la Universidad de Río Grande de Texas y quien es autora del ensayo El feminismo y la fuerza: empoderamiento y desilusión en una galaxia muy, muy lejana, que se incluye en el libro Star Wars. La académica mantiene que lo mejor es que Leia ?podía ser como los chicos, jugar con ellos en las mismas condiciones sin ser castigada por tal motivo?.
Hace unos años, fue la misma Carrie Fisher quien confesó que para ella fue muy difícil interpretar el papel de Leia. Sin embargo, su imagen se convirtió en el icono sexual de millones de pre-nerds en un tiempo en el que nadie aún navegaba por internet. A pesar del éxito, Carrie se desmoronó y empezaron los problemas, graves, mayúsculos. Reconoció que durante la grabación de Return of the Jedi consumía tanta cocaína que ?hasta John Belushi me dijo que tenía un problema?.
Sus vivencias fueron plasmadas en varias novelas que ella escribió: Postcards from the Edge y Surrender the Pink. Su desorden bipolar también fue revelado por ella misma en el año 2000; desde entonces se mantuvo medicada para llevar una vida tranquila, alejada del alcohol y las drogas, en la que según ella, era capaz de reír.
Sin duda, Carrie Fisher fue una de las mujeres que supo enfrentarse a diversas adversidades y que, como su papel de princesa Leia, peleó por sus sueños, por tener esperanza, fe y tener una vida digna.
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