La bella actriz mexicana nos confiesa que es llorona y sentimental, ¡pero también muy positiva!
La última vez que conversamos con Blanca Soto se encontraba saboreando su primera actuación como protagonista en la telenovela Eva Luna, junto a Guy Ecker; antes había trabajado en el cine. Al terminar este proyecto, aceptó el papel principal de Camila Nájera en el melodrama El talismán. Ambos requirieron que se quedara viviendo dos años en la ciudad de Miami, tiempo en el cual han ocurrido muchos cambios en su vida. “Después del gran éxito de Eva Luna, novela con la que aún seguimos recogiendo frutos, pues estamos compitiendo en Mónaco y hemos ganado muchos premios, uno de ellos en Canadá, Univisión volvió a contratarme para El talismán, que también ha gustado mucho al público. Estoy muy agradecida, porque ha sido una experiencia maravillosa, y ahora que termine voy a tomar un receso para descansar e irme de vacaciones con mi familia a una playa que no sea en Miami”, nos adelantó esta bella mexicana cuando se encontraba grabando, precisamente, los últimos capítulos de El talismán.
¿Te tomaste un tiempo para ti entre Eva Luna y El talismán?
Traté... Comenté a todos que me iba a descansar. Apenas terminé de sacar mis cosas del apartamento, ya con las maletas listas y casi rumbo a Los Angeles, Univisión me detuvo y me dijo que comenzábamos con El talismán. Entonces fui un par de meses a Los Angeles y enseguida volví a la pantalla chica para interpretar a Camila Nájera. Me quedé en Miami, en donde resido desde el 2010, aunque tengo casa en otro lado. Hasta tenía películas en espera; algunas tuvieron que posponerse y otras, lamentablemente, suspenderse.
¿Y qué vas a hacer ahora, tan pronto termines El talismán?
Hay como cinco o seis proyectos de cine, claro que no voy a hacerlos todos, pero tengo que evaluarlos para hacer uno y descansar. Lo importante es que escoja el trabajo adecuado. Tengo muchísimas ganas de hacer cine porque, pese a la gran oportunidad de hacer una telenovela, quiero regresar a lo que me gusta, para recargar energía y poder continuar con lo demás.
Rafael Novoa y Blanca Soto, protagonistas de la telenovela “El talismán”
En términos personales, el cambio más fuerte que Blanca ha enfrentado desde su comienzo en Eva Luna, en el 2010, ha sido su divorcio de Jack Hartnett, director, actor, escritor y productor estadounidense. “Fue una relación que empezó y que tuvo su historia maravillosa. En un momento fue lo más importante que tenía, pero la gente toma caminos diferentes cuando tienen distintos proyectos de vida, y así nos pasó", cuenta Blanca, quien también quedó viuda de su primer esposo al poco tiempo de casada.
La muerte de un marido siendo tan joven es una de las tragedias que uno piensa que nunca podrá superar, pero tú lo lograste y continuaste viviendo...
Sí, las situaciones se superan. Tanto la muerte de mi primer marido Bill como el divorcio de Jack han pasado por algo; Dios tiene un plan para mí y todo lo que ha sucedido tiene una razón. Yo sigo trabajando con todo el corazón para mi familia, para mis fans y para mí misma.
Aunque un divorcio es diferente a una viudez, ¿cómo se vive cada experiencia?
Son bastante difíciles las dos, porque no solo pierdes a la persona, sino también pierdes una familia y muchos recuerdos. Realmente, siempre trato de estar positiva; tengo que pensar en lo bonito que fue y no en el dolor. Cuando perdí a Bill, solo me acordaba de él cuando estaba enfermo de melanoma (cáncer en la piel), cuando no podía caminar... En fin, de todo lo malo, hasta que un día entendí que debía recordarlo como era: un excelente ser humano que me trataba de forma maravillosa. Entonces, si uno se concentra en lo positivo en cualquiera de las dos pérdidas, es mejor, porque nos ayuda a seguir adelante; pero si nos concentramos en lo negativo, no podemos continuar.
¿Lloras menos o más que en las telenovelas?
Soy llorona y muy sentimental. Eso se lo debo a mi madre, pues somos iguales. De repente estoy con ella y le digo: “No seas ridícula”, y me contesta: “Bueno, eres igual que yo mi’ja”. Es cierto, porque si veo un perrito en la calle, me echo a llorar; así de hipersensible soy. A muchas personas les gusta, a otras, no.
Pero a la vez eres muy fuerte por todo lo que has vivido.
Sí, mis amigos a veces me preguntan cómo aguanto. De la misma manera que soy sentimental y lloro por todo, así amo y enfrento la vida, con esa intensidad.
Eres un gran ejemplo para muchas mujeres que te admiran como artista.
Hay que canalizar las cosas. Después de pasar por algo triste, puedo sentarme en mi casa a llorar todo el día y no hacer nada, o puedo decidir levantarme y aprovechar lo que estoy sintiendo para mis escenas, para mi personaje, para mi trabajo; lo utilizo de terapia. Lo importante es cómo canalizamos ese dolor, cómo lo usamos para lo que viene, porque si nos quejamos, no lograremos hacer nada en la vida.
¿Cómo un actor o actriz puede hacer una escena de felicidad cuando en realidad está triste o rabioso?
Yo oro mucho y pongo mi trabajo en manos de Dios para que me ayude. Afortunadamente, cuando he tenido que filmar situaciones de llanto y me siento mal en la vida real, es excelente, pues no guardo ese sentimiento y lo uso al máximo. Cuando son escenas de felicidad, entonces le pido a Dios que cierre la llave del agua. A veces hay que secarse las lágrimas -me ha pasado-, pero continúo sin detenerme.